domingo, octubre 30, 2005

a sonreír

Señor, señora, joven:

Aquí les va un consejillo. Humildemente.

Si Ud. un día de estos se levante con el pie izquierdo, y siente que vaya mierda que es todo, sonría. Sí, sonría. Le va a costar un poco, la mueca le va a salir torpe, quizá hasta se le vea un poco deforme la sonrisa. Pero hágalo. Al principio es incómodo, pero al rato, la risa llega sola. Por último el show patético de ir por la calle con una sonrisa pintada le hará reir. Así que ría. Sonría.

Y verá cómo ve cosas bonitillas por el mundo. Que los pajaritos por aquí y por allá, que los bonitos arbolitos, que las lindas parejitas dandose besitos, que los niñitos y niñitas que saltan como conejitos de un lugar a otro -tan felices que son los niñitos- y muchas otras cosas más.

Yo se lo digo, hay muchas cosillas que disfrutas ahí afuera. Así que sonría. No vale la pena perdérselas.

un saludillo.

miércoles, octubre 26, 2005

tan corto el amor y... ustedes saben...

Ella me dijo:

"Y sin ti carecen de importancia los viajes que hice contigo a los sueños polares, con Otto y Ana, también los discos que nos hacían sentir culpables pero con tanto sueño escuchábamos en tu Lancaster de niños buenos, Europa y tu paseo por Praga con la Teresa y el Tomás de Kundera, los puentes de Estocolmo buscando mi mano fría, Roma y sus pompas de jabón, Paris con su bella escalera hacia Barcelona, Granada como final y como principio, y tu moral alta como recuerdo absoluto… carecen las ausencias matinales para huir a los acantilados ortigueros, o solo para huir, carece un Valparaíso con elevadores al cielo al otro lado del océano, que me llames pequeña con cadencia del sur y propósito de enmienda, una playa de piedras obligadas, las tostadas de aguacate, las tortillas de patatas que nunca te hice, una Camera Obscura la última noche con una promesa del día siguiente, unos Strokes perdidos en el tren trazados de amores… programa intensivo de saneamiento, aquel que hizo efecto con tu humor y comprensión… el ruido de mis zapatos anunciando nuestro encuentro, si ti carecen de esperanzas, sin ti no vuelan….(hacia el fondo de ese mundo del que me has hablado tanto, paraíso de glaciales y de bosques polares donde miedos y temores se convierten en paisajes de infinitos abedules y dulzura incomparable….)"

Y yo la sigo recordando, aún más que antes.

martes, octubre 11, 2005

talked to her

Y bueno. Ella era de larga cabellera pelirroja. La piel muy blanca. Pero muy blanca. Ella sufría de anemia. Tenía la sangre delgada, como dicen.

Yo crecí, creo, intuyendo la pena suya. Ella es fuerte. Las más fuerte de todas las que conozco. Yo la creía invencible. In-ven-ci-ble. Bruja y hechicera. Omnipotente. Yo la creía capaz de todo. Clarividente. Musa. Refugio.

Ella llena nuestra mesa de risas y anécdotas. De historias alegres y graciosas. Derrocha abrazos y piropos como nunca yo podría. Nos hace felices y nos sostiene. Y si no estuviera... yo no sé.

Pero en algún momento ella se volvió así. Ella fue una niña asustadiza y débil. Una niña atemorizada y maltratada por la vida, la pobreza y unos padres de los que no debiera haber. En qué momento y por qué dejó los castillos en el aire y se volvió un mujer fuerte, no lo sé. En qué momento dejó de temer y se hizo fuerte, no lo sé. Pero como dije, yo sé (siempre supe) que algo había ahí escondido detrás de mil capas (una niña agazapada, transparentada de temor).

Yo de esa historia suya supe hace poco. Y me llena de pena. Y un poco sorprendido pienso: a pesar de todo se sobrevive, y a pesar de todo se ama, y pesar de todo se contruye una vida y se toca por un momento la felicidad.

Yo a la gente con energía vital la envidio. Esa gente que va por la vida como si tuviera un par de pilas cargadas. En propulsión turbo. No sé si se entiende: de esa gente que pareciera que deja una estela de energía cuando camina, esos que caminan como si supieran hacia dónde van.

Y sin embargo, ella no solía ser así.

Y yo la admiro aún más por eso. Porque eso significa que en algún momento le quitó los planos a ese que lo ordena todo y se convirtió en su propia arquitecta.

Tal vez fue un error, pienso ahora. Pero le conté todo. O casi todo. Mi idea fija era ordenar las cosas. Tratar de quitar todas las fricciones, transparentarme a los demás y a mí mismo. Ordenar el puzzle de mi vida (porque estaba ordenado y de algún modo y por alguna razón se desordenó). Quería poner las cosas en su sitio. Instintivamente. Me impulsó el instinto.

Y con más y mejores palabras me dijo que todo estaba bien. Pero sé que es difícil para ella. En cierto modo ella lo esperaba, pero de todos modos... Lo raro es que ahora se volvió más dificil para mi también. Esto de limpiar la casa es un trabajo arduo. Pienso mucho y confuso. Pienso A y luego B. Y luego C y D, y vuelvo a B para pasar a A. Pero me lo tomaré con calma. Trataré. Be cool, joven, take it easy.

Es raro eso sí. Lo que me pasa con ella. Que siempre, de algún modo racional o irracional, termino acoplándome a lo que dice, piensa o desea. Es como un mecanismo automático. No tiene ni siquiera que tratar de convencerme. Siempre le encuentro la razón, y siempre termino pensando como ella. De algún modo u otro. Es confuso, no? Para mi lo es más.

No sé porqué escribo esto acá. Esto califica para mi diario (el otro, el de papel, donde se supone que se encuentra mi yo más auténtico. Digo "se supone" porque en verdad eso del yo auténtico no existe. Ustedes entienden). En fin. Dejémoslo así. Es parte de la limpieza. Un poco de basura por aquí, otro por allá. Un rato barres de izquierda a derecha y después de derecha a izquierda. Esparces un poco la tierra y talvez no limpias nada. Pero lo intentas.

Ella es mi madre, por supuesto.

saludos.

lunes, octubre 03, 2005

recargado

En algún momento las coordenadas de mi vida perdieron rumbo. Es hora de centrarme nuevamente. De preocuparme de lo que es verdaderamente importante en mi vida: yo.

Es hora de volver a concentrarme en mis estudios y mi trabajo. Sacar adelante ese yo que tenía un poco relegado: ese yo más alegre y luchador. Es hora de mirarme al espejo y reconocerme como un tipo atractivo, simpático, buen amigo y buen novio. Un par de desaciertos me han hecho tambalear la propia estima.

Hoy le dije: juntarse a tirar, para mi, es de tercera importancia. No quiero weviar más. Tú sí, yo no. Mejor lo dejamos hasta aquí.

Es que a mi me interesa la rutina. Las llamadas por teléfono. La complicidad. Esas sí son cosas de primera importancia para mi.

Lo pasé mal. Pero me reconozco haber tenido la capacidad de terminarlo más o menos prontamente.

Como decía, mis coordenadas han estado un poco desordenadas. Me he equivocado con la gente que elijo. Debo ser más cuidadoso. En el fondo es una cuestión de amor propio. Y de ese, a mi no me puede faltar.

Así que eso. Me rearmo. Digámoslo en cliché: es un tiempo para estar conmigo. Después, cuando ya haya resuelto esas cosas que me desordenaron las coordenadas y me arrastraron a una especie de cuesta abajo, volveré. Reloaded.

Absolutamente recargado.

Me voy a rescatar. Claro que sí.


saludos.

sábado, octubre 01, 2005

no title this time

Te despiertas tarde. Te lavas la cara, te pones el buzo y sales. Vas al gimnasio. Trotas por 20 minutos, trabajas biceps, triceps, abdominales y etc.


Llegas a casa. Te duchas. Antes te fijas en las cortinas nuevas que has comprado: a su través el sol crea un bonito ambiente.


Luego preparas almuerzo. Te hartas de comer. Haces un par de llamadas telefónicas. Te ríes y te enteras de cosas. Mandas un mail.


Estudias. Sí, estudias y trabajas toda la tarde. Lees unas cuarenta páginas, y tratas de entender eso que tanto te piden que entiendas.


Te cansas. Tomas la novela de turno. Te entretiene y te hace a cabecear a ratos.


Te quitas la ropa. Te metes a la cama.


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